En esta edición de Bitácora Energética, decidí apartarme de nuestra habitual discusión sobre la industria petrolera para compartir mis reflexiones personales como padre. Cuando se habla de los quince años de una hija, muchos solo imaginábamos una celebración repleta de luces, música y bailes. Sin embargo, para mí, esta fecha hoy representó mucho más que una simple fiesta; es un hito que evoco una mezcla de emociones: orgullo, nostalgia, amor y, quizás, un toque de tristeza.
Hoy recuerdo el día en que mi hija Clelianny nació. Fue un momento de pura felicidad, pero también de incertidumbre. Desde ese instante, supe que mi vida cambiaría para siempre. Cada año que pasaba traía consigo nuevos desafíos y alegrías. Desde sus primeros pasos hasta sus primeras palabras, muchos de esos momentos en muchos de los disfruté a través de la pantalla de un teléfono debido a mi trabajo en la industria petrolera. Sin embargo, gracias a la tecnología, esas imágenes quedaron grabadas en el tiempo, recordándome lo fugaz que es cada etapa. Ahora, al llegar la celebración de sus quince años, sentí que he estado viviendo en un paréntesis donde el tiempo parece haberse acelerado.
Mi pequeña Clelianny Camila se ha convertido en una joven con sueños y aspiraciones, lista para explorar un mundo lleno de posibilidades. Es un momento que llena de orgullo a cualquier padre, pero también trae consigo la realidad de que pronto comenzará a tomar decisiones por sí misma.
Mientras mi esposa y otros familiares planificaban la celebración, reflexioné sobre las lecciones que hemos intentado impartirle a lo largo de los años. La honestidad, la empatía y el respeto que son valores que que lleve consigo mientras navega por esta nueva etapa de su vida. También pienso en los momentos compartidos: las risas, las lágrimas y las charlas interminables sobre su celebración.
Sin embargo, no puedo evitar sentir una punzada de tristeza al pensar en lo rápido que ha pasado el tiempo. A menudo recuerdo esos días en los que la abrazaba con fuerza mientras dormía, cuando ella buscaba mi protección ante cualquier sombra. Ahora, la veo prepararse para enfrentar el mundo con valentía y determinación. Es un proceso natural, pero como padre, es difícil soltar las riendas.
En este día especial, mientras la veía vestida con su hermoso vestido azul y lista para brillar con luz propia, me di cuenta de lo importante que es seguir apoyándola y permitirle ser quien realmente es. Quiero que sepa que siempre estaré junto a mi esposa y su hermanita para apoyarla en cada paso del camino. La vida no siempre será fácil, pero estoy convencido de que tiene la fortaleza necesaria para enfrentar cualquier desafío.
Esta celebración también fue una oportunidad para honrar nuestras raíces familiares y tradiciones. Amigos y familiares se reunieron para compartir risas y buenos deseos, creando un ambiente donde se refuerzan los lazos familiares y se fomenta un sentido de comunidad. Sé que mi niña Clelianny Camila valoró estos momentos y comprendió la importancia de contar con un sistema de apoyo familia sólido.
Finalmente, mientras miro a mi hija lista para dar este gran paso hacia la adultez, siento una inmensa gratitud. Gratitud por cada instante compartido, por cada risa y cada lágrima. Aunque el futuro puede parecer incierto, sé que ella está preparada para enfrentarlo con valentía. En este día tan especial, celebro no solo sus quince años, sino también el maravilloso viaje que hemos compartido juntos como familia.
Así que aquí estamos , listo para abrazar este nuevo capítulo en su vida, lleno de amor y esperanza por lo que está por venir. ¡Feliz quince años, hija! Que cada sueño que anheles se convierta en realidad y que siempre recuerdes que estaremos aquí para apoyarte en cada paso del camino.
Bitácora Energética
@william_wilito en «x»
@Wilianhernandez206 en Instagram y YouTube
@wilito187 en tictok
