martes 18 de noviembre 2025
VenezolanosHoy
Omar González MorenoOpinión

Libertad y fe de vida, por Omar González Moreno

¿Cómo están? Sí, esta es la pregunta. Ni siquiera debemos preguntar el dónde están, sino en cómo están; pues sabemos que el régimen los tienen en sus inmundas prisiones, dentro de sus mazmorras.

¿Cómo están los presos políticos? ¿Cómo están todos esos venezolanos que está privados de libertad por oponerse al régimen narcoterrorista y por ejercer su derecho a pensar y protestar?

¿Cómo están Freddy Superlano y Roland Carreño? ¿y la familia Guillen, incluida una niña inocente convertida en rehén?, ejemplos de la persecución del régimen y del cómo el hacer política en Venezuela se ha vuelto un delito.

Los familiares de cada uno de los presos políticos tienen el derecho de saber dónde están y cómo se encuentran sus familiares que son objetos de la represión y la opresión del régimen de Nicolás Maduro.

Desde esta tribuna de opinión exigimos saber dónde están y cómo se encuentran todos y cada uno de los detenidos por razones políticas, incluyendo a Julio Velazco, padre del dirigente opositor, Marcos Velasco, del partido de la libertad.

Julio, solo es culpable de ser el padre orgulloso de un hijo que sin miedo ha luchado por la libertad de Venezuela; que se ha mantenido firme en sus convicciones y ha seguido el camino de los grandes hombres que aman a su país.

La nación necesita saber el paradero y el estado de salud de los perseguidos políticos; de los jóvenes detenidos, de los dirigentes políticos y sociales, de los periodista, de las amas de casa; de todos y cada uno de los venezolanos que están secuestrados por el usurpador de Miraflores.

Y, aquí no se trata de pedir que activen de nuevo la puerta giratoria del Sebin, sino que se libere a todos los presos políticos, pues ninguno de ellos ha cometido delito alguno y su detención es una fragante violación de los Derechos Humanos.

Todos deben estar en libertad; pues, no podemos permitir que se sigan contando los muertos bajo custodia del régimen; no podemos permitir que sigan torturando y humillando a hombres y mujeres que solo han expresado su pensamiento político. Ya basta de eso.

Necesitamos una fe de vida, y de cada uno de los centenares de presos políticos; necesitamos saber cómo se encuentran esos valientes que son parte de las consecuencias de soportar un régimen despótico como el de Nicolás Maduro.

Y digo, como se leía en la portada del libro que escribió hace años Domingo Alberto Rangel y Pedro Duno, “los quiero vivos”.

Queremos que todos los presos políticos estén vivos y sanos, pues ya se viene la libertad para ellos y para todos los venezolanos.

Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.

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