El año pasado, Anthony Tan dejó de dormir, comía poco y caminaba por el campus de su universidad en Toronto convencido de que nada era real y que vivía en una simulación.
Por Clarín
Quien lo había convencido era nada menos que ChatGPT, involucrado en cada vez más episodios de comportamientos paranoicos en lo que algunos especialistas comienzan a llamar “psicosis por IA”.
En la historia clínica de Tan, que tiene 26 años y vive en Canadá, aparecen muchos elementos de un brote psicótico, como el estrés, el insomnio y el aislamiento social. Pero hay algo nuevo: una tecnología que no solo lo acompañó en el proceso, sino que lo potenció.
De acuerdo a la investigación que realizó la cadena CBS, la naturaleza empática y aduladora de los chatbots actuales tienden a reforzar las creencias de sus interlocutores ya que casi nunca contradicen o cuestionan, sino que responden con suavidad, con frases alentadoras.
Para el psiquiatra Mahesh Menon, que estudió el caso de Tan, “el chatbot puede funcionar como una cámara de eco perfecta: no juzga, no duda, y eso produce una ilusión de certeza. En la mente de alguien vulnerable, esa certeza se convierte en verdad absoluta”.
Así, lo que comenzó como una charla sobre filosofía y física cuántica terminó con tres semanas de internación en un hospital psiquiátrico. El caso no es aislado. En los últimos meses, se multiplicaron los reportes de personas que desarrollan ideas delirantes o paranoides tras interactuar de manera prolongada con chatbots de inteligencia artificial.
Y aunque algunos hablan de un nuevo tipo de psicosis, la salud mental depende de múltiples causas. Pero como los chatbots están entrenados para gustar y no incomodar, suelen recurrir a cualquier cosa para sostener una conversación. En un contexto emocional frágil, esta lógica puede ser devastadora.
Este comportamiento, llamado “sycophancy” o adulación algorítmica, no enloquece a las personas pero puede catalizar una predisposición, como amplificar un pensamiento irracional o confirmar sospechas. Y no se trata sólo del contenido de las respuestas que da la plataforma sino del tono con el que las entregan, en el que cada palabra suena personal.
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