Desde que se instauró la Revolución en Cuba en 1959, la crisis económica ha sido una constante en ese país. Pasaron por los llamados “Períodos Especiales”, como el que ocurrió en 1991 a la caída de la Unión Soviética, que se caracterizó por recortes en el transporte, la electricidad y en el racionamiento de la comida. Luego, le siguió las crisis de los balseros en 1994. Con el arribo de Chávez al poder en Venezuela, la dictadura cubana experimenta una importante mejoría, gracias a este nuevo socio que le surte de petróleo gratuito o subsidiado. Pero, otra vez, se topa con las crisis ocasionadas por las catástrofes, como el Huracán Katrina en el 2000, el COVID del 2020, y así continúa dando traspiés. Hoy en día, según los entendidos, Cuba está pasando por “la peor crisis desde que el castrismo tomó el poder hace seis décadas”.
La realidad es que la situación cubana es producto del régimen Castro-comunista, una dictadura obsoleta que impide el mejoramiento político, económico y social de la población. La crisis actual, además, podemos caracterizarla por el concurso de tres variables, unas crónicas y otras circunstanciales.
La primera es, como en Venezuela, la incapacidad del sistema de hacerle frente a una producción agropecuaria que asegure un nivel razonable de seguridad alimentaria. Las últimas cifras disponibles el año 2023 dan cuenta de esta debacle.
La segunda, es la deficiencia energética. En materia petrolera Cuba, en condiciones normales, consumiría unos 125.000 barriles diarios de petróleo. La producción nacional alcanzó los 26.000 barriles diarios en el primer trimestre del 2025. Además de la producción nacional, sus principales proveedores son Venezuela, México y, esporádicamente, Rusia.
Venezuela exportaba entre el 2006 y 2014, durante el régimen de Chávez, unos 94.000 barriles diarios. Luego de la crisis venezolana esta cantidad cayó en 2023, a 56.000 bpd y nuevamente a 32.000 bpd el año siguiente. Actualmente, con la salida de las empresas internacionales de Venezuela, a consecuencia de la finalización de las licencias norteamericanas, se desplomaron los envíos a Cuba, llegando, en junio de este año, a 8000 bpd, el mínimo histórico.
México en el primer trimestre de 2025 envió un promedio de casi 20.000 bpd, cantidad relativamente pequeña, de carácter simbólico, pero que a PEMEX le crea graves problemas con el gobierno norteamericano que le cierra fuentes de financiamiento internacional y la expone a otras graves consecuencias.
Rusia, con los problemas que le causa su actual guerra contra Ucrania, apenas envía, ocasionalmente, algún barco de petróleo.
Por otra parte, la escasez de combustible en la isla ha intensificado los apagones con déficits de generación eléctrica que alcanzaron un récord de 1,907 MW el 28 de junio de 2025, de acuerdo con los datos de la Unión Eléctrica (UNE). La situación ha llevado a la paralización parcial del transporte y cortes de luz de hasta 20 horas en algunos territorios, agravando las condiciones de vida en ese país. Los apagones se producen simultáneamente en hasta el 44% de su territorio nacional en la tarde-noche, justamente en el horario de mayor demanda de energía. La crisis es tan severa, que este sábado el gobierno decidió suspender todos los eventos deportivos hasta nuevo aviso, incluyendo los partidos de la liga nacional de béisbol y fútbol, bajo el argumento de la falta de combustible para transportar a los atletas.
El tercer factor contractivo es el Turismo que, entre enero y abril de 2025, reportó unos 740.000 veraneantes, un 27,6% menos que en el año anterior. La caída de la demanda de Canadá y Rusia, el primer y cuarto mercado, podría explicar la situación, pero ha habido caídas de prácticamente todos los orígenes, incluyendo cubanos residentes en Estados Unidos. En este sentido, se han registrado denuncias de ciudadanos de otros países sobre la calidad de los alojamientos en la isla y de la comida en mal estado que ofrecen en ellos.
Las exportaciones no tradicionales no compensan la caída de las anteriores variables. Las principales exportaciones de Cuba son Tabaco enrollado ($364M), Mattes de níquel ($139M), Licor fuerte ($106M), Mineral de zinc ($105M), y Mineral de metal precioso ($62,5M). Estos productos son exportados principalmente a China ($358M), España ($129M), Alemania ($68,1M), Suiza ($48,2M), y Hong Kong ($43,7M).
La crisis cubana, como la actual venezolana, augura una nueva salida de sus ciudadanos al exterior. Desde el COVID, Cuba perdió el 10% de su población, momento en el cual emigraron a USA unas 675.000 personas. En Venezuela la cifra de emigrantes se calcula según ACNUR, en 7,77 millones de habitantes hasta el 2024, una cuarta parte de la población, y con las últimas noticias la cifra seguirá subiendo.
Gerardo Lucas. Economista e Historiador. https//gerardolucas@wordpress.com