
Una joven de nacionalidad mexicana llegó a Estados Unidos cuando tenía solo 2 años y vivió en suelo norteamericano hasta junio pasado, cuando funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la detuvieron y fue deportada.
Por La Opinión
Se trata del caso de Wendy Ochoa, quien tras ser enviada de vuelta a su país desde EE.UU. narró cómo fue pasar parte de su vida en un estatus legal, situación que mantuvo por 28 años, tiempo en el que no pudo regular su situación.
Al no poder regularizar su condición migratoria, aseguró que no pudo acceder a los beneficios que tenían otras personas en Estados Unidos, lo que le costó una gran cantidad de sufrimiento a lo largo de su crecimiento.
“Mis amigas tenían trabajos buenos, pudieron ir al colegio. Yo fui la única que no pudo estudiar porque a los estudiantes internacionales no les dan el mismo dinero que a las demás personas”, rememoró la joven.
A esto se le sumó una complicación en 2013, cuando tenía 19 fue detenida por funcionarios policiales al conducir bajo los efectos del alcohol, lo que desencadenó el aumento de las exigencias de la justicia para obtener el estatus legal.
La infracción quedó registrada en su expediente y complicó cualquier intento posterior de regularizar su estatus migratorio. Sin embargo, pudo avanzar y en 2019 se casó con un ciudadano estadounidense y comenzó un negocio independiente.
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