Recordemos que la nueva realidad política en Líbano (donde pudieron formar gobierno después de años de bloqueo político de los chiitas) se consiguió gracias al triunfo aplastante de Israel sobre Hezbollah habiendo degradado un poco más del 90% de su capacidad. El nuevo gobierno, dirigido por Joseph Aoun, promete erradicar a Hezbollah consiguiendo desmilitarizar a los terroristas en el sur a cambio de una ayuda de 1.000 millones de dólares anuales. Además, se compromete a alcanzar un acuerdo de frontera con Siria (con Arabia Saudita, Estados Unidos y Francia intermediando) y aceptar una ayuda internacional para combatir el contrabando y narcotráfico especialmente en zonas de frontera. Por las palabras de Aoun parece haber la misma línea que tuvo siempre: prometer, prometer y prometer a cambio de que llegue el dinero para reconstruir Líbano. No olvidemos tampoco que Hezbollah durante años se infiltró en el ejército libanés y la UNIFIL fue una parte importante del problema. La comunidad internacional no puede dar garantías de nada y mucho menos de seguridad a Israel.
Profundicemos algo respecto a Siria: hay, indudablemente, una enorme dificultad (veremos si en realidad es una imposibilidad) de que los Estados árabes pragmáticos o los que algunos llaman moderados puedan realmente tomar las riendas en escenarios como Siria o el propio Líbano. Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, con apoyo de Estados Unidos, no logran apuntalar una senda de unificación en el nuevo gobierno de Siria. Las facciones de Ahmed Al Sharaa, recordemos, carecen de un control jerárquico desde el propio líder que perteneció a Al-Qaeda y al ISIS. Esto profundizará las amenazas de división del país y pone en peligro a las minorías (especialmente a aquellas que participaron en cualquiera de las etapas de la guerra civil). Hoy la influencia iraní está siendo reemplazada por la de Turquía y Qatar. Atención con eso. Jerusalén mantiene su objetivo respecto al resguardo moral, humanitario y estratégico de los drusos al sur: evitar que, frente a una desintegración de Siria, los elementos yihadistas “se peguen” a la frontera de Israel como hizo Hezbollah en el Líbano desde 2006 frente a la inacción internacional. Si hay algo que queda claro desde el 7 de octubre de 2023 es que la seguridad de Israel solamente depende de Israel y en el rol de una “gran potencia” en Oriente Medio proyecta a un Jerusalén incidiendo cada vez más en la política más allá de la frontera. Recordemos también que Israel fue el único que impidió que estas mismas facciones yihadistas que masacraron a los drusos hace tres semanas se hicieran con el armamento que el ejército de Al-Assad abandonaba al momento de su escape de Damasco. Esto fue en diciembre de 2024 y pudo significar un verdadero desastre.
¿Hamas buscará trasladarse a Irán?: Desde el comienzo de la operación Espadas de Hierro, Israel degradó enormemente la capacidad militar de Hamás y liquidó a gran parte de su liderazgo: los que están en Gaza ya no salen de los túneles y los que están fuera son conscientes de que su permanencia en Qatar y Turquía pende de un hilo por las presiones de Washington y, especialmente, por las del mundo árabe. Insisto, a mi juicio, Qatar no quiere ser posicionado como el nuevo Irán. Además, cualquier llamado a la “acción” por parte de Hamás es automáticamente reprobado en los gobiernos árabes porque Hamás, al ser parte de los Hermanos Musulmanes, llama al caos y la desestabilización también en estos países. No es casual que llegue en este momento una condena de países como Egipto y Qatar que se suman a otros de la Liga Árabe en su rechazo al grupo terrorista que gobierna Gaza. Hay otra cosa fundamental en esto; ninguno de estos países pondrá un solo centavo (de los 55 mil millones de dólares que se estiman) para reconstruir Gaza si Hamás queda con vida. No me extrañaría tampoco que en las próximas semanas algunos de estos países designen a Hamás como una organización terrorista. El único que puede presionar efectivamente a Qatar es Trump, no Israel. Y el traslado de Hamás a Irán (si ambos quieren reforzar relaciones tras la paliza que recibieron por parte de Jerusalén) dependerá también de las garantías que Teherán ofrezca a los líderes de Hamas de no ser eliminados como Ismail Haniyeh. En lo particular, creo que con la intervención israelí en Irán estos serían blancos relativamente fáciles.
Cierro aquí. Israel amenaza con tomar territorio de la Franja de Gaza por cada día que los terroristas de Hamás no liberen a los israelíes secuestrados. Esto, que significaría otra tempestad política de cara al resto del mundo, les golpea a los terroristas donde más les duele que es su concepción territorial y la “defensa” de su causa. Esto sería una verdadera humillación para Hamás, pero un desafío muy grande para Israel. No olvidemos tampoco que “es un hecho” que las fronteras de la Franja de Gaza incluirán una zona de amortiguación que buscarán evitar que otro 7 de octubre vuelva a repetirse.
@J__Benavides