La mueca conminatoria se produjo en un programa de TV en el que participaban un puñado de áulicos del desgobierno supuestamente revolucionario. Hay lenguaje de señas para privados de la audición. También hay idioma gestual para los rematadamente imbéciles como se verá más adelante.
Cierta tarde, muchos años atrás, el entonces presidente Hosni Mubarak, recibió en el salón protocolar del palacio de gobierno egipcio, al Primer Ministro británico. El ambiente era en extremo tenso. Entre las dos naciones había conflictos insalvables, en apariencia, y aquella, era —quizás— la última oportunidad de solucionarlos de manera pacífica.
Cuando la reunión concluyó y el visitante se marchó presuroso al aeropuerto para abordar el avión que lo llevaría de vuelta a su país, los consabidos sicofantes se congregaron alrededor de su jefe para prodigarle ¡hurras!:
—¡Qué habilidad, excelentísimo Presidente Mubarak ¡Qué sentido de la negociación! ¡Usted obtuvo todo lo que se proponía a cambio de casi nada y lo contento que se marchó su visitante! —a lo que Mubarak replicó incontinenti:
—No sé lo contento que va a seguir cuando se registre los bolsillos y compruebe que mientras dialogamos le robé la billetera —y de inmediato aquél cleptócrata, que se jactaba de su rapidez de manos enarboló el botín de su proeza.
Damos por cerrada la anterior digresión y retomamos el hilo de la presente crónica.
“¡Ya, es ya! Esconde ese relojote» Partiendo de la premisa del abultado prontuario del declarante de la referida alerta, los pronósticos sobre sus verdaderas intenciones con aquel “relojote” no podían ser peores. En primer lugar, está la picazón, la comezón, la urticaria, el furor de Mesalina, de todo roboLucionario por el robo en general cualquiera que sea la ocasión (“De mosquito pa´rriba todo es cacería” y aquel “mosquito” era un Rolex, Day-Date 40, de platino, valorado en 50 mil en billetes verdes). De manera que nadie puede descartar que se replicase hazaña similar a la del referido Mubarak, por lo de “ladrón, que roba ladrón”.
Además, está la valentía, la temeridad de atreverse, frente a las cámaras de TV a hacerle a su jefe semejante emplazamiento por mudo que nos parezca. Desde la célebre epopeya del burócrata en cuestión, en Ciudad de México, en la que dejó, sola, triste, abandonada y a merced de unos zagaletones a su propia progenitora, al grito de guerra “¡Esa vieja que se j…! pocos apostaban por el arrojo del autor de la morisqueta salvadora. https://www.youtube.com/watch?
Pero esta vez y solo por ésta, sus intenciones no pudieron ser peores ¡Salvar la RoboLución! según el rumor que, él, mismo ha esparcido.
La impúdica exhibición de opulencia del poseedor del Rolex Day-Date mientras el Pueblo venezolano se muere de hambre, por la inflación, debido a la falta de servicios esenciales, ha sido un bofetón capaz de derrocar a cualquier tiranuelo.
La respuesta de este último habla de su moralidad, en el manejo de los recursos públicos.
—Si para salvar la RoboLución —fue su réplica copiada a la letra— tengo, que esconder todos mis relojotes lo cual incluye el Hublot Wacht, con incrustaciones de brillantes y testículos de tucusitos, de USD 100.000 con que me pillaron el año pasado. ¿Por qué, tu, que te pones a hacerme señas ante las cámaras de T.V., para echártelas de decente, no escondes, también, para salvarla, tu Audi R8 V10 Decennium, de 200 mil dólares, con el que chocaste aquella noche loca de celos, boleros e intoxicaciones con carburantes del más alto octanaje? ¿Ah? ¿Y, por qué no le pides, similares sacrificios al hombre del “Mazo Dando” y al general Madrino y a tu propia hermana? ¿ Y por qué bla, bla, bla? (No disponemos de más espacio para semejante retahíla).
Hosni Mubarak, figuraba hasta días atrás, en todas las mediciones como el presidente del gobierno más corrupto de la Historia de la Humanidad. Me temo que en lo adelante, comparado con los “suciodichos” roboLucionarios, parezca un san José Gregorio Hernández cualquiera.
@omarestacio