
En las profundidades de los océanos navega un gigante que, pese a su discreción, tiene el poder de alterar el equilibrio del planeta. Los submarinos de clase Ohio, parte esencial de la flota estadounidense, son capaces de desplegar una fuerza devastadora, diseñada no solo para la defensa, sino también para mantener en vilo a cualquier potencial enemigo.
Por Gizmodo
Una máquina creada para la disuasión absoluta
Los submarinos de clase Ohio no son simples navíos militares: son plataformas estratégicas de gran alcance. Con más de 170 metros de largo, están diseñados para portar misiles balísticos con capacidad nuclear, listos para ser lanzados desde las profundidades sin ser detectados. Su principal función es garantizar que, incluso en caso de ataque, Estados Unidos mantenga una capacidad de respuesta inmediata y contundente.

Cada unidad de esta clase puede transportar decenas de misiles Trident II D5, armas de alta precisión que pueden recorrer miles de kilómetros y alcanzar múltiples objetivos simultáneamente. Este arsenal convierte a estos submarinos en piezas clave del llamado “tríada nuclear”, junto a los bombarderos estratégicos y los silos terrestres.
Tecnología que roza la invisibilidad
El verdadero poder de los submarinos Ohio no solo radica en sus misiles, sino en su capacidad para pasar desapercibidos. Gracias a sistemas avanzados de propulsión nuclear, materiales insonorizantes y tecnología de sigilo, pueden permanecer sumergidos durante meses sin ser localizados. Esto les permite posicionarse en puntos estratégicos del planeta y actuar como un factor de presión en escenarios de tensión internacional.
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