
Muchos escucharon sobre redadas de inmigración en distintos puntos de EE. UU., pero lo ocurrido en Florida marca un antes y un después.
Por El Tiempo
La llamada Operación de Control de Inmigración del Panhandle, desarrollada en coordinación entre el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y la Patrulla de Carreteras de Florida, resultó en más de 200 personas detenidas en pocos días.
Entre los arrestados había migrantes con órdenes previas de deportación y reincidentes que habían vuelto a ingresar al país tras ser expulsados.
Los detalles de la operación llevada a cabo por ICE
El despliegue, realizado en condados como Escambia, Santa Rosa y Okaloosa, movilizó a 45 agentes estatales y más de 20 funcionarios federales.
Según las autoridades, el foco estaba puesto en quienes tenían antecedentes penales o incumplieron citaciones judiciales de inmigración.
Dave Kerner, director de Seguridad Vial y Vehículos Motorizados de Florida, señaló que este operativo “sienta un modelo de control migratorio que puede ser replicado en otros estados”.
Además de las detenciones, varios incidentes de resistencia al arresto y enfrentamientos físicos con los agentes fueron reportados, lo que alimentó el discurso oficial de que estos operativos responden a una amenaza directa para la seguridad pública.
El gobernador Ron DeSantis presentó el operativo como una prueba de que Florida “no tolerará la inmigración ilegal” y destacó que la acción conjunta con ICE fortalece su postura frente a la administración federal.
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