
La familia Castro siempre fue un tema tabú en Cuba. La absoluta falta de información oficial y una hermética privacidad construyeron a lo largo de décadas una historia de misterio sobre un apellido que emana poder en la isla. Hasta que llegó Sandro Castro.
Por Marcelo Izquierdo y Agustín Cassano | TN
Influencer, creador de contenidos y por sobre todas las cosas un personaje polémico, el nieto de Fidel Castro se convirtió en una incómoda piedra en el zapato para la Revolución y en el foco de la ira de la migración cubana que ve en él a un joven que disfruta de privilegios y muestra una realidad paralela a la difícil vida cotidiana de la isla.
Es, a simple vista, todo lo contrario de la imagen de austeridad que siempre se preocupó por construir su abuelo y la prensa oficialista a lo largo de más de medio siglo.
“Mi abuelo es un gran ídolo y pienso que se sentiría bien” con su rol de influencer, dijo a TN vía WhatsApp desde La Habana, donde administra su propio bar y a diario busca viralizar historias desde su cuenta de Instagram @sandro_castrox, donde tiene 124.000 “followers”. Es la primera vez que accede a ser entrevistado.
Video: @sandro_castrox / Instagram
Sandro Castro, de 34 años, se define como revolucionario, niega tener privilegios por su apellido y afirma que solo busca divertir a sus seguidores. “La política no es lo mío”, aseguró. Su padre es Alexis Castro Soto del Valle, uno de los cinco hijos que el fallecido Fidel Castro tuvo con Dalia Soto del Valle.
Extravagante y farsesco, es el único miembro de su extensa familia, a excepción de su tío abuelo Raúl Castro, de 94 años, que disfruta una fuerte exposición pública. En sus redes, suele asumir un personaje de vampiro (“Vampirach”) y se muestra siempre rodeado de jóvenes de ambos sexos con una “Cristach” en la mano, la popular cerveza cubana “Cristal”.
Muchas de esas historias generan controversia dentro y fuera de la isla. Lo acusan de ostentar, de burlarse de las dificultades del pueblo, pero él se define como “un joven de esta época” que, según afirmó, sufre los mismos apagones que el resto de los cubanos.
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