El Banco Central de Venezuela (BCV) fijó este lunes 4 de agosto la tasa del dólar oficial en 127,10 bolívares, un aumento de 0,82 bolívares respecto al viernes 1 de agosto, cuando cerró en 126,28 bolívares. El euro también escaló, pasando de 145,88 bolívares a 147,17 bolívares, según el reporte del BCV.
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Estas cifras reflejan la persistente devaluación del bolívar, en un contexto donde el régimen de Nicolás Maduro insistía en anteriores ocasiones de culpar al dólar paralelo, a pesar de que su influencia en la economía ha sido erradicada significativamente.
En los últimos meses, el chavismo intensificó su ofensiva contra plataformas digitales como Monitor Dólar y En Paralelo Venezuela, acusándolas de “desestabilizar” la economía al publicar tasas no oficiales. Más de 50 personas, incluyendo economistas y administradores de estas plataformas, fueron detenidas, señaladas por delitos como terrorismo y legitimación de capitales. Tarek William Saab afirmó que estas plataformas “realizaban falsas publicaciones aumentando de manera exorbitante el precio del dólar”, buscando generar “pánico económico”.
Contrario a la narrativa oficial, el mercado paralelo ha perdido relevancia en la fijación de precios. Plataformas de criptomonedas han reemplazado a las cuentas tradicionales, pero incluso estas operan con menor impacto frente a la dolarización de facto que rige en Venezuela desde 2018. La brecha entre el dólar oficial y el paralelo, que llegó a ser de hasta 50% en meses pasados, se ha reducido, y muchos comercios ahora se guían por la tasa del BCV, impuesta bajo amenaza de fiscalizaciones.
El régimen de Maduro, que alguna vez llamó al dólar paralelo “el dólar de guerra” y lo señaló como el principal culpable de la devaluación, enfrenta ahora una contradicción: el bolívar sigue perdiendo valor a pesar de que el mercado paralelo ha sido silenciado.
