La afección del pie de atleta, conocida en el área médica como tinea pedis, es una de las infecciones fúngicas (provocadas por hongos) más comunes que afecta la piel de los pies de las personas a cualquier edad.
En la mayoría de los casos, la infección proviene de hongos dermatofitos, unos microorganismos que se nutren de la queratina presente en la capa externa de la piel, las uñas y el cabello.
De acuerdo con la revista de salud WebConsultas, los hongos que causan esta condición se encuentran en ambientes cálidos y húmedos, como el interior de los zapatos, los vestuarios en gimnasios o las piscinas; por lo que la afección suele ser más frecuente en personas que practican deportes o que pasan mucho tiempo con los pies cubiertos y sudorosos.
Los síntomas del pie de atleta pueden variar en cada persona, incluso algunos afectados solo presentan mal olor que suelen asociar con el calzado. No obstante, estos son los signos recurrentes que ayudan a detectar la infección:
– Picazón y ardor intenso, especialmente entre los dedos de los pies.
– Piel escamosa que puede volverse seca, agrietada, enrojecida y con descamación.
– Aparición de pequeñas ampollas llenas de líquido, sobre todo en la planta o los lados de los pies.
– Olor desagradable que se intensifica con el tiempo.
– Uñas gruesas y de color amarillento o blanquecino.

Causas y diagnóstico del pie de atleta
El medio especializado MedLinePlus refiere que la causa principal del pie de atleta es el contacto con los hongos dermatofitos, sin embargo, existen otros factores que aumentan la probabilidad de desarrollar la infección.
Por ejemplo, caminar descalzo en áreas comunes y húmedas. De igual forma, usar constantemente calzado cerrado, no secarse bien los pies antes de ponerse medias o sudar excesivamente en esa área crea un ambiente propicio para el crecimiento de los hongos.
También señalan que compartir objetos personales como toallas, medias, zapatos y cortauñas con una persona infectada puede transmitir los hongos.
Para que un experto (dermatólogo o podólogo) pueda diagnosticar el pie de atleta debe realizar un examen clínico para evaluar los síntomas visibles, aunque para confirmar la presencia de la infección y descartar otras condiciones cutáneas similares, como la dermatitis o la psoriasis, el médico suele pedir un examen de una muestra de piel para identificar la presencia de hongos.

Tratamiento y prevención de la infección por hongos
Otro de los medios consultados por el equipo de El Diario, MSDManuals, explica que el tratamiento para el pie de atleta tiene como objetivo eliminar la infección y aliviar los síntomas.
La elección de cuál es el más adecuado para el paciente afectado va a depender de la gravedad y extensión de la infección. En la mayoría de los casos, los médicos suelen prescribir antifúngicos de aplicación local o medicamentos orales para combatir la infección desde el interior.
La página web de Canesderma, una marca de productos para el cuidado de la piel, advierte que es importante completar el tratamiento según las indicaciones médicas, incluso si los síntomas desaparecen antes, para asegurar la erradicación completa de los hongos y prevenir su reaparición.
Los medios consultados coincidieron en que la prevención es la estrategia más efectiva para evitar contagiarse del pie de atleta. Estas son las medidas que contribuyen a reducir el riesgo:
– Mantener los pies limpios y secos.
– Cambiar de medias regularmente.
– Usar zapatos que permitan la ventilación de la piel.
– Evitar andar descalzos en áreas públicas.
– No compartir objetos personales.
Además, los expertos de las páginas de salud resaltan que cada persona debe estar atenta a los síntomas y acudir a un médico en caso de ser necesario, con lo que podrá recibir un diagnóstico y tratamiento oportuno.
La entrada Cómo prevenir la aparición del pie de atleta se publicó primero en El Diario.