El expresidente Álvaro Uribe Vélez ha roto su silencio y quiere tener la última palabra. Al final de la audiencia de sentencia en su contra, en la que la jueza Sandra Heredia pidió una pena para él de 12 años de prisión domiciliaria inmediata, por los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal, el exmandatario pidió la palabra. Ha decidido apelar la decisión inmediatamente y oralmente, explicó, con un mensaje central: el fallo, argumentó, es un “discurso político” para “para destruir una voz de la oposición democrática”. Después de que la jueza impactó a la opinión pública con una lectura de una parte del fallo, durante diez horas, el expresidente de derechas declamó su larga apelación, de casi tres horas, con su distintivo tono de hábil orador político que durante años cautivó a millones. Lo clave no es solo ganar ante los estrados, sabe el político de derechas, sino ante la opinión pública.