El piloto venezolano Alessandro Famularo sabe que ningún camino hacia la Fórmula 1 es fácil. Tampoco busca atajos. Lo mueve la ambición de avanzar en un deporte que exige más que velocidad y el deseo de ver nuevamente una bandera venezolana en la parrilla de salida. Por eso, con los pies en la tierra, entiende que los resultados llegan con trabajo, estrategia y tiempo.
Nació en Maturín, estado Monagas, y desde pequeño supo que su futuro estaba en las pistas. Comenzó a competir en karting desde niño y, con el apoyo de su familia, llevó su carrera a Europa. Ha pasado por la Fórmula 4, la Fórmula Regional y la FIA Fórmula 3.
Para la temporada 2025, firmó con Drivex para competir en la Eurocup-3, una categoría destinada a pilotos jóvenes y que funciona como una plataforma ideal para avanzar hacia niveles más altos del automovilismo europeo.
Bajo este panorama, Famularo se proyecta a mediano plazo. Confía en que en tres años podrá dar el salto a la Fórmula 1, aunque no siente presión por acelerar el proceso. Prefiere construir una carrera sólida, consciente de que la disciplina, más que la ambición, lo hará mantener el rumbo.
Sin desvíos hacia la cima

El interés de Alessandro Famularo por el automovilismo surgió de forma temprana, pero no se impuso como un mandato. Más que una obsesión, fue una afinidad cultivada desde el entorno familiar. Su padre, aficionado del deporte, lo inscribió en clases de karting cuando tenía apenas 4 años de edad.
Desde entonces, se mantuvo cerca de las pistas, desarrollando habilidades técnicas y una noción clara de la competencia. A diferencia de otros niños que prueban distintas actividades antes de decidir un rumbo, él encontró una rutina y un espacio donde sentirse cómodo.
“Mi papá fue quien me llevó a manejar karting por primera vez. A él le gustaban los carros y me motivó a intentarlo. Al principio era un juego, pero con el tiempo me di cuenta de que realmente me gustaba”, dijo Famularo para El Diario.
A los 7 años de edad, disputó su primera competencia internacional en el Mundial de Easy Kart 2010, en Italia, donde quedó en el segundo lugar. Desde entonces, su carrera se desarrolló fuera de Venezuela. Tras competir en los campeonatos nacionales, pasó por circuitos en Estados Unidos y terminó asentado en Italia, país en el que se concentraban las competencias más exigentes del karting europeo.
Famularo considera que cada etapa representó una preparación distinta, tanto dentro como fuera del monoplaza, por lo que al cumplir la edad reglamentaria, dio el salto a la Fórmula 4 italiana.

“Cuando me llegó la oportunidad, hice muchos test y luego me inscribieron en el campeonato italiano”, señaló. A partir de ese momento, su trayectoria avanzó con mayor firmeza, respaldada por una estrategia que, a su juicio, priorizó el crecimiento sostenido sobre los resultados inmediatos.
En su segundo año en la Fórmula 4, logró su primera victoria en la categoría. Este triunfo confirmó que su esfuerzo y dedicación comenzaban a rendir frutos, y lo impulsó a seguir consolidando su desarrollo como piloto. Más allá del resultado, Famularo valoró esa victoria como base para enfrentar desafíos mayores.
“La sensación de dominar todo un fin de semana, desde las prácticas, obtener la pole position, quedar primero y ganar todas las carreras, es increíble. Sentir que haces lo que te apasiona, es una experiencia única. Creo que ese fue uno de los momentos que más me gustaron en mi carrera”, acotó el piloto.
Su esfuerzo, hasta ahora, le ha valido para obtener el título de subcampeón del mundo en 2010 en Castelletto, Italia; así como subcampeón panamericano en 2012 en Denver, Estados Unidos; y campeón europeo de karting en 2016 en el circuito Sette Laghi.
Más adelante, ya en monoplazas, obtuvo el primer lugar en Zandvoort la Fórmula 4 italiana en 2019. También destacó con podios en trazados exigentes como Mugello y Vallelunga (2018 y 2019). En 2020, su progreso continuó con resultados positivos durante su participación en la Fórmula Regional Europea.
Una ruta trazada

Alessandro Famularo destacó que el automovilismo exige mucho más que talento al volante. “Este es un deporte que requiere muchísimas cosas”, comentó, señalando que el respaldo de patrocinantes comprometidos son clave para ascender hacia la máxima categoría, un ambiente que, según sus palabras, no “hay espacio para las improvisaciones”.
En cuanto al entrenamiento, Famularo explicó que la preparación física va más allá de ir al gimnasio. “El entrenamiento de un piloto es muy fuerte, no es solamente levantar pesas o correr”, detalló. Él dedica alrededor de dos horas diarias a entrenamiento físico, pero el fortalecimiento del cuello siempre es un punto central en su rutina. Sin embargo, enfatizó que la preparación mental es vital para manejar la presión y la concentración durante las carreras.
Además, cuenta con el apoyo del expiloto colombiano de Fórmula 1 Juan Pablo Montoya, quien funge como su coach. Para Famularo, la experiencia y guía de Montoya es fundamental para enfrentar los retos que presenta competir en alto nivel. “Con el equipo estamos trabajando muchísimo; seguimos mejorando carrera por carrera”, añadió.

Su incorporación a Furia Team en 2024, organización de gestión deportiva que representa a atletas de alto rendimiento en Venezuela, también representa un avance significativo en su carrera. Alessandro Famularo visualiza su llegada a la máxima categoría del automovilismo con calma y determinación. Sabe que el proceso demanda tiempo, preparación constante y decisiones acertadas para consolidar una carrera sostenible, debido a que entiende que representar a Venezuela en ese nivel implica un compromiso mayor.
El venezolano confía en que, con disciplina, podrá alcanzar ese objetivo sin apresurarse ni descuidar su desarrollo profesional. Además, su trayectoria refleja que la paciencia y la perseverancia son pilares para llegar a destacar en un deporte donde solo los mejores preparados llegan a la cima, y él, sostiene, está decidido a ser uno de ellos.
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