
El 8 de julio, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) arrestaron a Jesús Terán, un inmigrante venezolano de 35 años, ingeniero civil y carpintero residente en Imperial, Pensilvania.
Por Infobae
La detención ocurrió durante un registro de rutina en la oficina de campo del ICE en Pittsburgh.
Terán no tiene antecedentes penales y fue trasladado primero a la Cárcel Regional del Norte en Moundsville, Virginia Occidental, y luego al Centro de Procesamiento de Moshannon Valley, gestionado por el Grupo GEO en Phillipsburg, Pensilvania, a más de tres horas de su hogar.
La comunidad católica creó una campaña de recaudación de fondos para ayudar a la familia de Terán
El caso, ha movilizado a la comunidad católica local y a organizaciones sin fines de lucro, quienes estaban estrechamente relacionadas con Terán.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en Meadow Lands y la Parroquia San Óscar Romero han liderado la respuesta, organizando apoyo para la familia y recaudando fondos a través de campañas como GoFundMe.
La base de datos del ICE no contenía ningún registro de Terán hasta el miércoles por la tarde, según informó el medio Newsweek, que también contactó a la agencia para obtener comentarios.
La ausencia de antecedentes y la integración de Terán en la vida local han intensificado la reacción de la comunidad.
El impacto de la detención se refleja en la vida cotidiana de la familia
Chris McAneny, director de vivienda de la organización sin fines de lucro Wellness Collective, relató al Observer-Reporter: “Estaba construyendo una vida para él y su familia. Ha estado contribuyendo a su comunidad y es muy respetado en ella. Quería formar parte del jardín comunitario y fue una parte importante de él”.
McAneny añadió: “Y cuando pusimos las plantas, él estaba aquí dos días a la semana regándolas”.
La familia de Terán, su esposa y dos hijas, es conocida en la comunidad, participando en actividades como el huerto comunitario, donde colaboraban en la siembra y el cuidado de los cultivos. Una de las hijas solía llevar jugo de sandía casero para quienes trabajaban en el lugar.
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