
El gobierno de Javier Milei y el régimen de Nicolás Maduro cumplieron un año sin relaciones bilaterales. No fue una ruptura declarada en los términos diplomáticos tradicionales. Fue una seguidilla de hechos.
Por: Clarín
Explotó con el libertario desconociendo al otro como presidente reelecto en los comicios presidenciales del chavismo del 28 de julio del año pasado; siguió con la expulsión de todos los diplomáticos argentinos de Caracas, empezando por el encargado de negocios, Andrés Mangiarotti; y terminó con los venezolanos vaciando su embajada en Buenos Aires. Quien era su jefa, Stella Lugo, fue nombrada luego embajadora de Venezuela en México.
En los hechos, las embajadas en ambas capitales permanecen cerradas desde año un año. No tienen personal ni atención al público. Para Argentina hay una situación humanitaria más que desesperante: la del gendarme Nahuel Gallo, detenido en una prisión militar chavista desde que cruzó la frontera a Venezuela el 8 de diciembre pasado para ir a ver a su hijo y su novia.
Liset Luque, presidenta de la ONG Alianza por Venezuela, destacó que «en este año sin embajada, los venezolanos en Argentina fueron «víctimas de la violación de derechos fundamentales como el derecho a la identidad.» Señaló que «muchos han quedado en una situación de vulnerabilidad e indefensión al no poder tramitar su pasaporte venezolano o no poder obtener la apostilla necesaria para acceder a documentos argentinos».
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